Práctica Electiva y Proyectos

Somos más que una letra

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Columna de opinión de Mariela Sáez, Catalina Rodríguez, Ana Rojas, Camila Chouquer y Milena Norambuena, estudiantes de la Práctica Electiva de Contenido Creativo con Perspectiva de Género.

7 Julio 2022

“#RAEconsultas Lo que comúnmente se ha dado en llamar «lenguaje inclusivo» es un conjunto de estrategias que tienen por objeto evitar el uso genérico del masculino gram., mecanismo firmemente asentado en la lengua y que no supone discriminación sexista alguna.” (Real Academia Española. Vía Twitter)

La incorporación del lenguaje inclusivo ha sido tema de relevancia social potente los últimos años, las variadas opiniones se han manifestado con bastante ímpetu. Este lenguaje responde a la demanda del movimiento feminista y la comunidad LGBTQIA+ como propuestas de modificación del lenguaje en los que la “x” y la “e” reemplazan la denotación masculina para abarcar a las mujeres y a la diversidad sexual. Sin embargo ha habido mucha oposición y resistencia a la incorporación de este lenguaje, la más comentada siendo la negativa por parte de La Real Academia Española (RAE), institución que tiene como objetivo regular la lingüística por medio de normas, la cual en varias ocasiones ha demostrado su rechazo a esta incorporación, y también cabe mencionar que ha manifestado posturas sexistas en algunas acepciones del DLE (Diccionario de la lengua española, elaborado por la RAE), lo que parece un chiste de mal gusto, pero no lo es, siendo así, fuente de argumentación para quienes se oponen a la incorporación del lenguaje inclusivo. Esta negación, oposición y resistencia al cambio repercute en la continua invisibilización hacia las mujeres y comunidad LGBTQIA+ y a la vez, estimula la imposición patriarcal, por lo que es necesario que se haga este cambio en el lenguaje para dejar de promover discursos discriminatorios y que continúen con la visibilización y construcción androcéntrica.

¿Por qué se dice que el lenguaje actual invisibiliza a las mujeres y comunidad LGBTQIA+?

Invisibilizar 1: tr. Hacer invisible algo o a alguien. U. t. c. prnl.

Por una parte, hay que aclarar que el lenguaje está constituido de lo que se denomina como “masculino genérico” lo que significa que lo masculino está designado para englobar de manera general sin distinción de género o sexo, sin embargo si bien esa es la definición conceptual, al momento de la práctica ha logrado relegar o desmeritar a mujeres y disidencias, un ejemplo de esto puede verse reflejado en el caso hipotético de una premiación a científicos, en las que se usa el masculino genérico, pero las científicas que sean parte y alguna disidencia que no se sienta perteneciente a algún género, queda automáticamente invisibilizade en el discurso. Esto se debe a que el lenguaje se fundamenta en significados y esta gramática codifica significados androcéntricos, es decir lo que conlleva esta no distinción de sexo y género, y generalización de lo masculino se interpreta únicamente como masculino, y la continúa duración de su uso contribuye a la invisibilizacion de lo no masculino. Rocío Piñeiro, sobre el lenguaje inclusivo: “Hay una relación indisoluble entre la imposición del masculino genérico como norma lingüística y la dominación masculina que reproduce las relaciones de poder entre los géneros en los niveles social, cultural, económico y político”. Parece ridículo seguir usando un lenguaje que representa a poco menos del 50% de la población, y totalmente injusto para quienes han quedado en las sombras de lo masculino.

¿Quién define la norma?

Norma: 4. f. Ling. Conjunto de criterios lingüísticos que regulan el uso considerado correcto.

Como se mencionó anteriormente la RAE regula la lingüística por medio de normas, no obstante, definiendo la norma como: La norma no es sino el conjunto de preferencias lingüísticas vigentes en una comunidad de hablantes, adoptadas por consenso implícito entre sus miembros y convertidas en modelos de buen uso. (…) Como toda institución humana, la lengua experimenta cambios en el transcurso de su evolución histórica, de manera que ese conjunto de preferencias lingüísticas convertidas en modelos de buen uso que constituyen la norma no es igual en todas las épocas, en función a esta definición parece un argumento contraproducente el rechazo del lenguaje inclusivo; estos últimos años la concientización acerca de la desigualdad de género ha generado más movimientos, vivimos en un contexto de constante de cambio, se deben adaptar y actualizar las normas a las demandas actuales, las mujeres y la comunidad LGBTQIA+ también denominada erróneamente como “minorías” (cuando por ejemplo las mujeres abarcan un poco más del 50% de la población), exigen este cambio para sentir representación y visibilización, para dejar atrás un lenguaje que fomenta una cultura patriarcal y quedar registrades ante la historia por quienes realmente son y lo que realmente lograron.

Con todo lo anterior mencionado, es evidente la necesidad existente de un lenguaje que respete, valore y distinga a todes, esto debido a que el lenguaje crea y al mismo tiempo visibiliza, por lo mismo debe existir uno que respete la identidad de género y la diversidad. Ojalá la resistencia, oposición, indignación y rechazo que hay hacia un lenguaje inclusivo para todes fuese el mismo para la discriminación, machismo y exclusión, porque claro, una institución de renombre puede incluir acepciones sexistas y pasar a llevar a más de la mitad de la población, pero claramente no pueden dañar el ego de quienes se lo han alimentado a lo largo de toda la historia.

Por un lenguaje inclusivo para todes, porque somos más que una letra.