Sociedad

Medios Masivos: constructores de realidades generacionales

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Por Sara Fontalba, estudiante de Publicidad UDP y del Taller de Género y Comunicación Publicitaria.

13 Enero 2022

A principios de este año, no me di cuenta del gran viaje que haría en el Taller de Género. La mente crítica y una visión detallista en cada spot, pieza publicitaria, en redes sociales, hasta en la vida real me hizo dar cuenta lo necesario que es que todo el mundo conozca y se eduque sobre las diversidades que pueden existir, sobre la empatía con la que debemos tratar al prójimo y el respeto por quién son y cómo se identifican. En mi mente quiero hablar sobre muchas cosas que viví este semestre, muchas situaciones que me hicieron pensar en cómo podría haberlas cambiado para que fueran mucho más respetuosas e inclusivas, situaciones que van desde estar con mis amigos y amigas, familia, hasta compañeros y compañeras. Pero lo que más se ha quedado dando vueltas en mi mente, han sido los debates que he tenido con mi papá, mamá y hermano sobre situaciones que les he planteado y que me mostraron y enseñaron en Taller de Género.

La diferencia generacional entre mi papá, mamá, mi hermano y yo es sorprendente a la hora de hablar sobre estos temas. Siempre me sentí un poco intimidada al hablar sobre feminismo, igualdad de género y todos los temas relacionados a esto, ya que todo es nuevo para mi y sobre todo para mis padres, son conceptos e ideas que nunca pensaron que hoy serían demandas y las nuevas formas de tener que enfrentarse en el día a día. Lo que me hizo escribir sobre esta diferencia generacional fue una situación en particular en la que no he podido dejar de pensar, ya que me hizo darme cuenta de cosas importantes que su vez, me dieron la fuerza para demostrar que era mi turno enseñarles a mis padres a ser personas empáticas en este mundo. Estábamos almorzando y mostré un spot publicitario antiguo en donde claramente cosificaban a la mujer, el spot era sobre un limpia vidrios y el relato era que el incentivo de un hombre para usar este producto y limpiar el vidrio, era poder ver una mujer en bikini. La respuesta de mis padres fue reír y decir que estaba ingeniosa la publicidad.

El poder de los medios de comunicación es extremadamente grande, los mensajes que entregan son ideas y formas de ver el mundo tan fuertes que hacen que todo lo que ven las audiencias se convierta en parte de su realidad y cultura. Normalizaron tener esta mirada estereotipada de las mujeres, cómo esa mujer en bikini se convierte en una cosa, y como también la mujer es madre y dueña de casa en la TV. Si bien, hoy en día se puede ver una pequeña evolución en el contenido que realizamos los y las publicistas, aún existen pequeños detalles que mantienen estos estereotipos que otras generaciones de colegas entregaron a las audiencias.

Los mensajes que podemos dar, provocan un gran impacto en las personas que los reciben. Cito a James Lull, en su texto “La estructuración de las audiencias masivas”, quien define que las audiencias son “cognoscientes y bien dispuestos constructores del significado y la acción social”, por lo tanto a partir de lo que ven las personas en su día a día, en los medios masivos se crean estos significados y realidades que hemos aceptado como la normalidad a lo largo de los años. Para mi mamá y para toda su generación realmente fue y hasta es, en ciertos casos, normal ver esta forma estereotipada de la mujer. Esto es algo que como publicista y mujer, me motiva a generar este cambio que todos necesitamos, de mostrar cómo realmente somos, mujeres normales y que todas somos distintas y no necesitamos de guías sociales que nos digan como ser. Somos agentes de cambio con la responsabilidad de educar e informar a los y las mayores y próximas generaciones, que somos seres diversos y que no existen estándares en donde debemos encajar, sobre todo las mujeres.

Creo que es deber de mi generación comenzar a expandir la información y el conocimiento sobre las disidencias que existen en este mundo, que no solo hay hombres y mujeres, que no todo es blanco o negro. La burbuja en la que vivieron ya explotó hace mucho y mucha gente se rehúsa a adaptarse a los cambios de estos tiempos. Por eso, creo que hace mucha falta respeto y empatía en nuestra sociedad, porque tienen una venda en sus ojos que no se sacan y creen que lo que no parece “normal” no merece respeto.