Práctica Electiva y Proyectos

Caso Chokita: La resistencia al cambio y el largo camino hacia la representación de la realidad

9 Mayo 2022

Las marcas, tal como los seres vivos, deben adaptarse y evolucionar según su entorno para seguir existiendo, y así fue en este caso de Nestlé, la que afirma “La forma en que las sociedades abordan la diversidad y el racismo ha evolucionado en todo este tiempo. Como resultado de este proceso de cambio y avance, hoy vemos con otros ojos lo que simbolizan marcas e imágenes que llevan décadas de presencia en América Latina (,,,) Aquello que antes podía considerarse positivo, hoy resulta inapropiado, pues todos somos más conscientes de que se consolidan estereotipos que buscamos superar”. Fuimos testigos del cambio de nombre de la popular galleta anteriormente llamada ‘’Negrita’’, nombre otorgado por la marca Hucke, inicial creador del conocido snack chileno, por el nombre “Chokita”. Entre frases como “por una negrita, me estoy volviendo loco” y “no hay nada más rico que una Negrita” se promocionaba la actual Chokita en los 90′, algo que en esa época no causó mayor revuelo, pero hoy, tras más de 60 años, llevó a la marca a decidirse a darle al producto un nuevo nombre.

De parte de Nestlé, se dijo sobre el cambio que “Fue resultado de una evaluación impulsada por la compañía que busca identificar conceptos que pudieran considerarse inapropiados, a la luz de la mayor conciencia sobre las marcas y su lenguaje visual respecto del uso de estereotipos o representaciones culturales”. ¿Respetable, no? Podríamos decir que fue un movimiento acertado en cuanto a los cambios sociales que se viven hoy en día, y que incluso se adelantó a una posible cancelación o “funa”, pero eso no fue lo que pensaron muchas personas cuando se enteraron de este cambio de nombre.

Como era de esperarse, a través de redes sociales, se vieron todo tipo de comentarios ridiculizando la acción de Nestlé, acusando una exagerada ideologización, peleando y debatiéndose a muerte en comentarios de cada post que tocaba el tema (no negaré que me vi involucrada en más de una) y cuestionando la necesidad del cambio, lo que no es algo poco común. Como diría la psicóloga Cecilia Gutiérrez de la Unidad de Desarrollo Organizacional, “Cuando se trata de cambios (,,,), nos resistimos, pues nos alejan de nuestra zona de confort” y es en este último punto en el que me quiero detener; “el cambio”, porque díganme ustedes ¿quién sería yo, como mujer blanca, para negar la necesidad de dejar atrás un nombre que cargó desde sus inicios, con racismo y discriminación? Y es que en la mayoría de las peleas cibernéticas que les nombré, en cada perfil “anti-chokita” se veía a lo lejos que eran solo personas blancas quienes se quejaban y sentían afectados/as/es por esta decisión. Y eso me generó dudas, como ¿en qué momento se dejaron de validar las luchas del resto, solo por no ser nuestras? Es tremendamente obvio, que como persona blanca y con todos los privilegios que eso trae consigo, jamás podría igualar lo que he vivido en términos de discriminación frente a lo que le puede pasar a una persona de diversa raza o color.

Ver estos debates, era como presenciar a un hombre cis-hétero dando una cátedra de dolores menstruales. Sin embargo, lo que más me preocupa, es cómo se generó esta tremenda resistencia al cambio, y lo que provoca en todas, todos y todes como una sociedad que no se permite validar las vivencias y dolores del otra, otro u otre si no son propias, sólo porque significan realizar pequeños cambios en nuestra vida diaria, aún cuando para la persona de al lado significase la diferencia entre respetar o no su cultura, raza, género, etnia, etc.

Es aquí donde entra la (tan nombrada últimamente) interseccionalidad, concepto que explora la dinámica entre identidades coexistentes (por ejemplo, mujer, negra) y sistemas conectados de opresión. Tenemos que entender que cada persona vive su realidad de manera distinta, y no sólo por tener una categoría en común las vivencias se vuelven iguales, ya que existen un conjunto de atributos bajo ciertos contextos los que hacen a una persona vivir, y sentir de cierta manera. Es por eso que este concepto se vuelve fundamental al momento de querer incluir a todas las mujeres en nuestra lucha feminista: es esencial entender, que cada persona con características únicas experimenta la vida de distintas maneras igual de válidas, y no porque algo no me afecte a mí, no debe hacerlo al resto. La negación de esta realidad en la que todas, todos y todes somos distintes y como tal, las cosas nos afectan de manera diferente, nos aleja cada vez más de vivir en una sociedad que nos represente tal como somos, en donde exista respeto, y en vez de eso, nos entrega el coexistir en un entorno creado por y para gente blanca, cis-hétero de clase media alta, en que nadie más logra tener un espacio validado y equitativo. Esto tampoco es meramente producto de la sociedad, sino que de los medios, específicamente los medios como actores sociales. Cuando una marca decide hacer una acción, esta se construye por medio de una estrategia de marketing, la que tiene como base un análisis y conocimiento del contexto actual y del público al que se dirige. Sin embargo, el dilema comienza cuando creen que una galleta que se creó en base a un contexto específico, con las mentalidades de ese entonces (más de 60 años atrás), va tener el mismo impacto y las mismas reacciones a un nuevo contexto, con nuevas generaciones, nuevas ideologías, y nuevas voces, sobre todo si estos cambios son relacionados a aquellas minorías que se han visto limitadas en derechos y privilegios. ¿Por qué? Porque ahora somos mucho más conscientes acerca de cómo esto le puede afectar a la otra, otro u otre.

Por eso es importante aceptar el cambio, ya que significa validar distintas luchas, y darle la oportunidad al mundo de que se ponga al día y se adapte a un entorno en que todas, todos y todes somos igual de importantes y significativos a su manera. También es importante cuestionar aquellos medios que indiquen lo contrario. El llamado en este caso, es a aprender a dar un paso al costado cuando alguien, en este caso una marca, intenta ponerse al día con su entorno intentando deshacerse de reproducciones de estereotipos y conceptos totalmente inapropiados, si estos no iban dirigidos a nosotras, nosotros y nosotres. La invitación es que todas, todos y todes analicemos todos los conceptos de interseccionalidad y género existentes respecto al cambio, para que no sigan siendo estos temas los que más se pasen a llevar, o se ignoren.